En menos de 48 horas el gobierno transó con los mercaderes de la salud. Aceptó un valor de 55 mil soles más IGV por la atención a pacientes con Covid-19 en clínicas privadas, siendo que el SIS estima en 32,795 soles el costo del servicio. Se impuso el negocio, el lucro sobre la vida. Todas las palabras de reproche y amenazas del Presidente y el Ministro de Salud quedaron como papel mojado.

El Presidente Vizcarra podrá jactarse y pintar como un logro de su gestión el acuerdo alcanzado. Lo real es que ha perdido toda autoridad. Qué sentido tiene la amenaza de tomar el control de las clínicas si es incapaz de sostener su posición y aprovechar para ir más lejos disponiendo la administración pública de todo lo privado al menos durante la emergencia.

El gobierno no ha sido capaz de imponer el bien común sobre un puñado de mercachifles de la salud. Hasta ha debido acudir a la Iglesia y a un representante del Acuerdo Nacional como mediadores porque no ha tenido la fuerza para doblegar a las clínicas. Ha perdido la oportunidad de poner la vida por delante.

Sigue siendo el negocio, el lucro de las empresas, el factor determinante de la política gubernamental durante la emergencia. Aún así, los grandes empresarios se quejan porque además de ganar en todo los campos quieren ser reivindicados como los buenos de la película.

¿Cobrarán tambièn por la vacunas? No sería extraño así como vamos. Siempre la clase empresarial buscará sacar provecho aún de la desgracia de los demás. Será así mientras sigan controlando el Estado. Se impone un cambio de fondo para que la salud, educación, vivienda, estén al alcance de todos.

Nos toca a la gente de izquierda, al Nuevo Perú en particular por su peso político, tomar la iniciativa de gestar un gran movimiento de rescate de la solidaridad y los servicios básicos construyendo en el camino una salida política constituyente y antineoliberal.

Escribe: Tito Prado 25/06/2020

Dirigente Nacional de Mov. Nuevo Perú