Una nueva ola de movilizaciones se desarrolla en el mundo con epicentro en los EEUU, esta vez contra el racismo, la represión y el autoritarismo. El blanco de todas las iras, el gobierno de Donald Trump. Cientos de miles de personas marchan estos días en Londres, Francia, Alemania, Holanda, Canadá, Corea del Sur, Israel, Colombia, México, Brasil, Argentina y muchos otros países. Se trata de una solidaridad internacional solo comparable con la que se dio en el 2003 contra la invasión a Irak. Esa vez sin embargo el contexto es bastante distinto. Estados Unidos se ha debilitado tanto externa como internamente. Una muestra de ello es que en Otawa, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau se sumó a la marcha y hasta se puso de rodillas identificándose con el movimiento que ha tomado las calles en New York, Washington, y decenas de ciudades norteamericanas.

Las rabietas belicistas de Trump, amenazando incluso con hacer intervenir al ejército, han impulsado las fieras cargas de la policía contra los manifestantes, pero no logran cerrar el cerco represivo. La Alcaldesa de Washington, Muriel Bowser del partido demócrata, rebautizó la gran avenida frente a la Casa Blanca -donde la policía cargó con bombas lacrimógenas contra los manifestantes- con el nombre de Black Lives Matter (las vidas negras importan). Varios gobernadores tildados como “débiles” por Trump se niegan a usar la Guardia Nacional para reprimir. Mark Esper, Secretario de Defensa de los Estados Unidos dijo el miércoles que no apoya que se use el ejército para sofocar las protestas y rechazó la invocación de la Ley de Insurrección hecha por Trump.

Los cuatro ex presidentes vivos de Estados Unidos (Obama, Busch, Carter y Clinton), el almirante Mike Mullen ex secretario de Defensa y 'estrella' de los dos primeros años del Gobierno de Donald Trump, el ex jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el ex jefe de gabinete, y una senadora del Partido Republicano han atacado duramente la política del actual presidente para manejar las protestas. Figuras emblemáticas del cine como el actor Dwayne Johnson, “The Rock” se han sumado a las críticas. Un 54% de norteamericanos apoya las protestas y un 22% las rechaza. Trump, que se autodenomina el presidente de la ley y el orden, ha perdido aliados dentro y fuera; su prédica racista, homofóbica, machista y belicista, hace que se le mueva la tierra bajo sus pies. Los más de 100 mil muertos por el Covid-19 también le pasan factura pues es resultado en gran medida de su negativa a reaccionar a tiempo como le aconsejaba la ciencia. La crisis sanitaria, social y económica que crece bajo su administración no se la puede enrostrar a China sin despertar sonrisas burlonas.

Es difícil todavía predecir el rumbo de la contienda en curso, el movimiento en las calles aún carece de centralidad, pero qué duda cabe, ya logró poner contra las cuerdas a Trump que ve seriamente comprometidas sus aspiraciones a la reelección. Todo depende de lo que suceda la semana que inicia. Si el movimiento sigue extendiéndose, la crisis en el país más poderoso del planeta tendrá ribetes históricos porque no solo será Trump el blanco de la ira mundial en tanto representante de lo más reaccionario del imperio en decadencia, también con él quedará en cuestión todo el ordenamiento represivo, el racismo, la discriminación y las enormes desigualdades generadas por el capitalismo neoliberal.

Solo hace falta atar cabos y encontrar los responsables de la mortandad entre los negros de la pandemia que se vive en USA donde el 70% de los muertos son afroamericanos, cuando ellos solo representan el 20% de la población total.

Escribe: Tito Prado 07/06/2020

Dirigente Nacional del Nuevo Perú