HUGO BLANCO, el legendario líder campesino, luchador social incombustible a sus 85 años, está en Suecia visitando a su Hija Carmen desde el 07/03, poco antes de que se declarase la pandemia. Radica en México donde vive su esposa. De momento no puede volver y según nos cuenta Carmen, su hija, deben extremar su cuidado pues la estrategia de salud en Suecia es no dar prioridad a los mayores de 70. Comparto la carta que le dirigí buscando atar historias y sentimientos en tiempos de cuarentena.

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Estimado Hugo

Encontré a tu hija Carmen por internet y aproveché en saber de ti, eso me trajo varios recuerdos que rememoro en este saludo al otro lado del mar.

Recordé que fuiste uno de los primeros -sino el primero- en la izquierda peruana en plantear la necesidad de incorporar en nuestro programa la defensa de la humanidad y del planeta. Esto fue en 2,000 o sea hace 20 años. También fuiste de los primeros en considerar que la lucha democrática era un componente fundamental de la lucha por el socialismo puesto que los regímenes y gobiernos neoliberales se hacían cada vez más autoritarios. Fuiste parte de esa especie de políticos “raros” que entran al Congreso de la República pobres y salen pobres. Tu línea de clase nunca dejó de estar presente en todos tus actos, sobre todo cuando la izquierda criolla era seducida por los cocteles en las embajadas.

Intenté seguir tu ejemplo desde los 18 años, tomando la gesta de Chaupimayo como una senda a seguir. Trabajo de masas, construir partido, el internacionalismo, son herramientas que instruyen a todo joven con la rebeldía a flor de piel. Caminamos juntos un largo tramo del camino y luego nos separamos en buena onda, convicciones nuevas resultaban más atrayentes, el zapatismo pasó a ser un referente para ti y yo seguí en lo mismo.

Quizá cuando hagamos el balance reparemos en aciertos y errores que deja la experiencia. Hoy solo quiero destacar aquello que el coronavirus pone de presente de manera absolutamente convincente incluso para los que son indulgentes con la “economía de mercado” bajo el supuesto que no queda otra que actuar bajo sus leyes. Tal como vamos, las multinacionales, sus gobiernos y sus socios locales, harán la vida imposible en el planeta Tierra. Ha tenido que ocurrir esta hecatombe para que se abra en la cabeza de millones de seres humanos la necesidad de un cambio de fondo. El domino del 1% ha quedado en cuestión. El impuesto a las grandes fortunas es solo un primer paso para confrontar el sistema de propiedad que lo permite. La urgencia de la salud pública universal nos lleva a revalorar el rol del estado. Los abusos del poder y la corrupción que suele acompañarle hacen de la movilización popular y ciudadana un recurso inaplazable. Y lo mejor de todo, la gente asume que es una misma lucha en todo el mundo. El concepto de identidad es el punto de partida para identificar al diferente: de un lado los que defienden la vida, del otro los que defienden la economía, o sea sus negocios.

Desde donde estemos sé que apuntaremos en la misma dirección. Esta situación que padece el mundo con el Covid_19 nos retiene en casa pero no puede encerrar la cabeza de nadie. Seguiremos pensando y actuando por ese nuevo mundo que vimos nacer en esa región del Cusco cuando los campesinos ejecutaron contigo Hugo, la primera reforma agraria por su propia cuenta. Ejercer el poder desde abajo, la otra gran lección que quiero rescatar de tu vida militante en medio de esta cuarentena en la que debemos prepararnos para los nuevos tiempos.

Un fuerte abrazo mi querido Hugo

Tito Prado 26/04/2020