Víctima de sí mismo, el ex presidente Alan García Pérez se quitó la vida de un balazo en la cabeza. Todo lo contrario de lo que sostiene la prensa nacional y la derecha neoliberal en el país, García Pérez ni es un mártir de la democracia ni su gesto último puede ser identificado como un acto de honor.

Cuando las evidencias abrumadoras apuntaban contra él como “patrón del mal” en una espeluznante madeja de corrupción que comprometía a sus más cercanos colaboradores, García optó por la fuga nuevamente, esta vez, sin boleto de retorno. Antes lo había intentado solicitando asilo en la embajada de Uruguay luego de tocar las puertas de Costa Rica y Colombia.

El burdo intento por desbaratar los procesos judiciales anticorrupción de los que chillan contra los fiscales que cumpliendo su deber van cerrando el círculo de la mega corrupción, no puede pasar. No debemos dejar que se imponga la IMPUNIDAD ante graves delitos que abarcan a casi toda la clase política tradicional. Dos ex presidentes presos (Fujimori y PPK), uno fugado (Toledo), otro procesado (Humala) y el quinto muerto por mano propia, ponen al Perú ante los ojos del mundo como un país inviable, plagado de autoridades corruptas que coludidas con las grandes multinacionales no dudan en robar a manos llenas vía comisiones que permiten a las grandes corporaciones extranjeras y nacionales hipotecar los intereses del país aún a sabiendas que con ello están cerrando las puertas al desarrollo.

Quizá García Pérez pudo ir antes a la cárcel si no se hubiera amparado en la prescripción de los delitos en su primer gobierno. Todos los procesos por crímenes de lesa humanidad quedaron truncos. La masacre de los penales, Cayara, Accomarca, Bagua y muchos más quedarán por siempre asociados a su nombre. Faenones como el tren eléctrico, los dólares MUC, los Mirage, los petroaudios, los narcoindultos serán materia de estudio por varias generaciones para mostrar cómo se compraba y vendía el poder judicial en todos esos años en que el Apra gozaba de buena salud.

Aún ahora, que el dolor embarga a la familia cabe preguntarse qué será de la fortuna mal habida a la sombra del poder, porque de una cosa estamos seguros, la danza de millones que probadamente fueron a parar a sus colaboradores más cercanos, difícilmente será recuperada.

Con Alan García Pérez se cierra un capítulo de la historia, su estela está muy lejos de los años primigenios del Apra cuando se proponían enfrentar al imperialismo, nacionalizar tierras e industrias, unir América Latina. Por el contrario la Alianza del Pacífico que se formó bajo su gobierno fue usada para dividir a nuestros países y facilitar los planes imperialistas de USA.

Si hemos llegado a este punto donde los corruptos están todos haciendo fila ante los tribunales es porque hay un pueblo que no dejó de tomar en sus manos la lucha contra la corrupción. Esta es la mayor garantía y quizá la única de que se vaya hasta el final.

Los fiscales tienes que seguir haciendo su trabajo y la justicia tiene que llegar a todos los que se prestaron para esos negociados bajo la mesa que favorecieron siempre a las multinacionales. Se le llama modelo neoliberal, la madre del cordero en este festín de empresarios coludidos con el Estado para hacerse del botín llamado Perú. Basta ya!!

Escribe: Tito Prado 17/04/2019

Dirigente Nacional del Movimiento Nuevo Perú