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TERREMOTO POLÍTICO

Publicado: 2018-07-16

La corrupción que ha saltado a luz en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y del Poder Judicial con los audios difundidos por IDL, no sorprende a nadie. Ya se sabía que la justicia en el país tiene el color del dinero. Lo nuevo es que ésta ha sido revelada en su más grotesca perversidad ante los ojos de millones de ciudadanos. 

Sólo comparable a los “vladivideos” que terminaron de hundir al régimen de Fujimori, las grabaciones escuchadas han generado un terremoto político que puede terminar también con tirar abajo a todas las instituciones del Estado. De eso justamente se trata. No bastan las reformas prometidas por el gobierno de Vizcarra y que están en manos de una "Junta de Notables". El cáncer de la corrupción ha hecho metástasis y sólo cabe extirparlo de raíz con una Nueva Constitución que rediseñe un nuevo marco jurídico donde la justicia esté regida con mecanismos democráticos y de control ciudadano.

No basta las reformas cosméticas para que todo siga igual. Hay que aprovechar esta crisis estructural y de régimen para ir lo más lejos en los cambios que hacen falta.

Tenemos un Estado que no nos representa, que ejerce su poder contra la voluntad de las grandes mayorías asumiendo como propios los intereses de los grandes empresarios nacionales y extranjeros. Los sucesivos gobiernos se adaptan a esa estructura de poder y desde ahí pretenden dirigir el país siempre anclados a un modelo económico que no va más porque en casi tres décadas no ha generado desarrollo ni progreso.

Nuestra "democracia" no es tal. Sólo nos permiten votar cada tanto y luego hacen lo que quieren. Es una democracia formal y recortada, donde se impone el juego de intereses y la plata sucia. Verdadera democracia vendrá cuando el pueblo ejerza el poder que le es negado. Cuando los maestros y estudiantes puedan decidir qué educación hace falta. Cuando los campesinos y agricultores estén en condiciones de poner en marcha un plan nacional de desarrollo agrario.

Necesitamos un nuevo Estado, una nueva República, libre y soberana, sin injerencia extranjera, donde podamos recuperar el patrimonio sobre nuestros recursos energéticos y naturales. Esto es lo que está en juego, no sólo desterrar la corrupción, hay que desterrar el entreguismo y la falta de democracia.

Eso no lo va a hacer ni el Congreso, ni el Ejecutivo y menos el Poder Judicial. Por ello se impone la convocatoria de elecciones anticipadas con nuevas reglas y un proceso Constituyente que permita reorganizar el país de cara al pueblo.

(*) Tito Prado, dirigente nacional de la Comisión Política del Movimiento Nuevo Perú. 16/07/2018


Escrito por

Tito Prado

Miembro de la Comisión Política del Movimiento Nuevo Perú y de la corriente interna SÚMATE


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