¿ABAJO EL CONGRESO?
En las últimas semanas hemos visto crecer la protesta ante el impresionante despilfarro de dinero en el Congreso. Y si bien hay congresistas decentes que marcan la diferencia, de conjunto la institución está en el nivel más bajo de aprobación pues se le asocia con la corrupción que sacude al país. Desde la bancada de NP se han presentado diversas iniciativas legislativas para poner coto a la corrupción pero éstas se encuentran trabadas por la mayoría fujiaprista.
No extraña entonces que el nuevo cardenal diga que el Congreso está de espaldas a la gente y con ello gane gran simpatía contrastando con la antipatía que genera el saliente Juan Luis Cipriani que recibió una condecoración por parte de la mesa directiva aprofujimorista justamente porque nunca se metió con ellos.
Las encuestas lo dicen, 41% cree que es una institución corrupta y solo un 15% confía en el Congreso. Entonces es natural que crezca el descontento con el Congreso, pero ojo, pedir que cierren el Congreso es darle a Vizcarra un arma muy potente de arbitrariedad.
La única manera que el cierre del Congreso no de paso a un régimen más autoritario y antidemocrático es vía la convocatoria de Elecciones Generales anticipadas. Con ello no solo se va el Gobierno sino también el Congreso. Pero para que esa salida sea verdaderamente democrática se requiere que sea acompaña de nuevas reglas de juego que emparejen el piso para todos, en especial para las nuevas opciones.
Un nuevo gobierno emanado de elecciones limpias puede encabezar un proceso constituyente que termine en una nueva carta magna y permita refundar la República sobre nuevas bases empezando por la recuperación de nuestra soberanía de cara al bicentenario. De eso se trata, de pegar con el norte claro y no ceder a las tentaciones anarquistas que terminan salvando el pellejo a Vizcarra.
Por: Tito Prado (05 DE JUNIO DEL 2018)